12 febrero, 2015

“O estamos con Grecia o estamos con la troika”

Se lo escucho decir al participante en una mesa de debate de “La Tuerka”. O estamos con el capitalismo oscurantista y criminal, o estamos con aquellos que lo padecen y sin poder defenderse pues ni conocen con claridad al enemigo. O estamos con la troika, o sea la Europa nazi, la Europa de los paraísos fiscales, el mundo de esos paraísos que no están dispuestos a dejarse extinguir; o estamos con la abocada al tercermundista exterminio Grecia, la expectativa de vida de sus habitantes reduciéndose a niveles subsaharianos, el nivel de vida reducido al de esclavitud de las masas obreras hindúes, chinas (tampoco es que sea demasiado mejor el nivel de vida de esas mismas masas en el continente americano incluido Estados Unidos, tal vez sea distinto en Canadá), el mismo que se quiere para España y Portugal, ya bastante avanzado nuestro hermanamiento con Grecia en este desgraciado asunto. ¡¿Y cómo no sería así, si le hemos regalado cuatro años en el gobierno al partido designado en España para conducirnos ahí?!

¿Y qué debe Grecia? Eso es lo que deberíamos preguntarnos. ¿Qué debemos nosotros? ¿Cuáles son esas deudas de imprescindible pago? Yo como española tengo incluso más claro lo que deben los griegos, no a Europa, a Alemania, que incluso lo que los españoles le pudiésemos adeudar a ese germánico acreedor. Grecia debe los miles de millones en armamento suministrado por los alemanes a los gobiernos corruptos de allí. Nosotros seguramente deberemos los miles de millones invertidos en aeropuertos sin aviones ahora regalados por dos duros a empresas canadienses, como por dos duros, una peseta, se privatizase en su día el 49% de Telefónica, como le regalamos Iberia a la British Airways; seguramente deberemos los miles de millones invertidos en ladrillos que ahora se granjean fondos buitre a precios de saldo previo desahucio de sus domicilios de los españoles que invirtieran bastante de su sangre en esas viviendas ahora así pignoradas.

El mundo de los paraísos fiscales, dije arriba, que no está dispuesto a dejarse extinguir. Y si pensáis que el capitalismo asesino, llamado “de casino” –para rebajar al grado de ludopatía el delito de asesinato- y que bien podría adjetivarse de descerebrado, pues su vida se juegan aunque por el escaso criterio de su condición miserable piensen que la de otros (esos guías ciegos que nos conducen a todos al abismo diría el Evangelio); si pensáis que van a dejarse extinguir… ¡Cuán equivocados! El dejarse extinguir queda para el neuronalmente debilitado pueblo gracias a la malnutrición a la que nos abocan, ese pueblo que hasta desconoce lo que le dicen debe ni a quién se lo debe, ese pueblo que vota sin saber lo que vota, igual que desconoce lo que debe y a quién, ¡y si es que se lo debe!, que vota sin saber a los políticos que trabajan para que se perpetúen en el tiempo los paraísos fiscales, o sea todos los mecanismos de explotación, manipulación de masas.

¿Sabrán algún día –quiera que sea en este año de gracia 2015- los pueblos salir de las dictaduras encubiertas llamadas democracias puestas al servicio del capitalismo asesino, o dictaduras no encubiertas como la china, la coreana, etc, basadas en los mismos principios? El poder es lo que tiene: toda la riqueza a sus pies, no importan los cientos, miles o millones de personas que hayan de perder sus vidas en aras de su ser dios en la Tierra. Toda la riqueza a los pies del torpe criminal con el bastón de mando, pues los pueblos lo consienten. Allá en la espeluznante Corea del Norte, aquí en las intrigas mercantiles, quién debe y qué, de la Banca-Merkel-Troika.

Queda claro que yo estoy con Grecia. Cualquiera con un mínimo de decencia y de inteligencia lo estará. ¡¿Ni ese mínimo os queda Banca-Merkel-Rajoy-Troika-Europa nazificada por el capital?! Europa nazificada, estadounidensizada… Se me ocurre sólo una cosa que diferencia a los Kim Jong Un de los Banca-Merkel-Troika: Aquel se llama como se llama: Jong Un, pues es el único vivo de su país de condenados (Para que él viva, y antes su padre, etc, los demás coreanos deben inmolarse); mientras, hemos de reconocer a Europa EEUU que su sistema garantiza la vida de unos pocos más, que podrían ser conocidos como Kim Jong Mil, los mil europeos o estadounidenses más ricos que tendrán el mismo dinero que el resto de los habitantes de Europa o de Estados Unidos, los Dos Mil más vivos de por aquestos lares. O en España, los Kim Jong Diez, los diez españoles comparables en cuanto a su condición de vivos con el líder norcoreano.

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Aproveché este blog, cajón de sastre para tantos y tantos pensamientos e ideas y dedicado a la poeta Alejandra Pizarnik, aproveché, después de borrarlo, para utilizarlo como desahogo ante la espeluznante corrupción que después de 40 años de sufrirla los españoles peor posicionados socialmente, ahora empieza a aflorar

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